Siempre nos ha gustado ir contracorriente, quizá sea uno de los secretos de nuestro éxito. Cuando en 2002 apostamos por la impresión digital profesional, nos miraban con escepticismo, como si fuera una cosa menor y limitada a las reprografías.
Lo mismo pasó cuando introdujimos en 2010 nuestro primer sistema de encuadernado con cola pur, parecía imposible desbancar la encuadernación rústica cosida, pero el tiempo nos volvió a dar la razón y aquella primera cosedora que incorporamos en el taller paso a ser parte integrada de nuestro museo de viejos sistemas de encuadernación.
Ahora damos un paso más alla, con la incorporación de un nuevo tren de encuadernación a nuestro taller que nos permite incrementar nuestra producción diaria a 5.000 libros, ampliando también nuestro formato de encuadernación.
Con esta nueva inversión podemos absorver nuestro crecimiento sostenido de producción, sin por ello tener que mermar nuestra calidad de servicio y excelentes plazos de entrega.